Murió Yaco Monti a sus 80 años casi en la miseria

YACO MONTI fue famoso por su hermosa voz y por muchas de sus composiciones que le grabaron destacadas figuras del canto internacional.
Por Rafael Fuentes Jr. / El Impulso Latino
La buena música romántica en español perdió a uno de sus destacados intérpretes. El recordado músico y actor Yaco Monti, un referente de la canción melódica murió en Buenos Aires tras batallar con una dura enfermedad. Oriundo de Villa Mercedes, San Luis, su salto a la fama a nivel nacional fue de la mano del tema “Siempre te recordaré y otras canciones que ubicó con firmeza en los rankings latinoamericanos en los años 70 y 80. Yaco, con su poderosa y hermosa voz, tenía 80 años y se había retirado de los escenarios hace más de una década. Fue competencia fuerte de sus paisanos argentinos, Sandro, Piero, Elio Roca, Leo Dan, Leonardo Favio, Jairo, Sergio Denis y otros. Sus registros vocales eran maravillosos por lo que era una delicia asistir a sus presentaciones donde era aplaudido con mucha pasión y admiración.

Otros de sus éxitos musicales internacionales fueron, “Volveré a San Luis”, “Amor desesperado”, “Un dolor de adiós” y “Lo que te queda”, Mira como son las cosas”, Está dormida” y una versión muy especial que hizo del popular tema “Vanidad”. En su faceta actoral, se lo vio en la pantalla grande en películas como Escala musical (1966) y Escándalo en la familia (1967), donde compartió pantalla con Niní Marshall. Como compositor, escribió para Leonardo Favio, Los Pulpos, Los Galos y la mexicana Imelda Miller.
Nacido el 18 de diciembre de 1944 como Julio César Eugenio, Yaco Monti [cuyo mote artístico está inspirado en un nombre que leyó en la Biblia y el apellido de su madre] se formó en el Colegio Militar y aprendió de su padre a tocar la guitarra cuando todavía era un niño. Estudió en la V Brigada Aérea y se graduó como electricista de aviación antes de iniciar su carrera musical.
Su situación actual era pésima, batallando con una triste enfermedad, depresiones y muchos problemas económicos.
¡Paz a su alma!