El Espíritu Santo es nuestro guía

0
espiritu santo 2 3 4 5 6 7

Gráfica Pixabay

Dra. Luisa Ruiz Jiménez

EL IMPULSO Latino

MIAMI DADE. – ¿Podrá una persona que ha aceptado al Señor Jesucristo como su salvador seguir sus pasos, servirlo y permanecer en sus caminos sin tener al Espíritu Santo morando dentro de sí? La respuesta es: No, y me propongo a través de estas líneas explicarles el por qué, esto a la luz de la sagrada palabra de Dios. Y es que hasta el propio Señor Jesús inició su ministerio luego de haber sido bautizado en el río Jordán a la edad de 30 años, allí recibió al Espíritu Santo, el cual descendió sobre Él en forma de paloma (Mateo 3:16).

Es así que revestido de ese poder pudo resistir la tentación de Satanás en el desierto e iniciar luego su ministerio, caracterizado por ser una obra de servicio y amor por las almas sufridas, sin escatimar esfuerzos ni sacrificios, sin considerar su condición de hijo unigénito de Dios, sanando y liberando a los sufridos por enfermedades y opresiones demoniacas; enseñando y predicando acerca de la fe sobrenatural, no solo para sanaciones, sino también aplicando principios del reino en cuanto a prosperidad, como lo hizo en la pesca milagrosa; ministrando también liberación a personas esclavizadas por espíritus inmundos.

Vemos pues, que ese poder del cual fue revestido el Señor Jesús, al recibir el Espíritu Santo, es el mismo al cual se refirió cuando le dijo a sus apóstoles: «… pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la Tierra» (Hechos 1:8).

De esta manera debemos entender que nuestro Señor Jesucristo luego de haber resucitado y antes de su ascensión al cielo, prometió a sus discípulos que recibirían al Espíritu Santo. Ahora bien, ¿cuál fue el motivo o intención de esa promesa hecha por Jesús? Sin duda la misma tuvo como fundamento que sus discípulos revestidos del poder sobrenatural de la fe, se convirtieran en sus testigos, dando testimonio y sirviendo en la obra del reino de Dios.

Hoy, como en los tiempos de Jesús y de los primeros cristianos, el Señor quiere llenarnos de su Espíritu Santo, solo así podremos entender el reino de Dios y estaremos capacitados para hacer su obra, hablando para las personas de su evangelio, con amor y voluntad de servicio a las almas sufridas, liberando a los cautivos y convirtiéndonos en “pescadores de almas”.

Por eso digo: ¡Qué maravilloso es tener al Espíritu Santo en nuestras vidas!, Él es quien nos consuela en las aflicciones y pruebas, nos anima a seguir, nos enseña y nos hace entender las cosas del reino de Dios, como escrito está en Juan capítulo 14 versículo 26: «Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho».

Pidamos, pues, en nuestras oraciones a Dios, que nos llene de su Espíritu Santo, busquémoslo fervientemente, y con certeza nos lo dará, pues es promesa de Dios escrita en Lucas 11:9 al 13: «Y yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá… Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá…  ¿Qué padre de vosotros si su hijo le pide pan le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? … pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?». Amén amigos, que promesa grandiosa tenemos de parte del Señor… DIOS BENDIGA A TODOS.

Dra. Luisa Ruiz Jiménez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *