Renny para notas

EL ARTE DE PEDIR

Dr. Renny Yagosesky

Los seres humanos tenemos múltiples necesidades. Entre esas, requerimos la presencia y el apoyo de otros, para nuestra supervivencia y estabilidad emocional. Parte de lo que necesitamos o deseamos, podemos conseguirlo de manera autónoma, pero otros recursos o metas demandan eventualmente del favor ajeno. A veces podemos imponernos y arrebatar a los demás eso que deseamos, pero también podemos persuadirlos y lograr que nos brinden colaboración voluntaria. Dado que toda demostración de dominación tiende a generar reacciones negativas, pedir puede ser recurso adecuado si sabemos hacerlo adecuadamente.

Pedir significa solicitar de alguien que haga algo que requerimos, queremos o necesitamos. Se puede pedir por insatisfacción o por deseo de mejora. ¿Quiénes piden? Todos piden: niños, vendedores, docentes, políticos y enamorados. Todos quieren algo que otro tiene.

Por desgracia, nuestras peticiones no siempre son escuchadas, debido a que le pedimos a la gente incorrecta, porque pedimos en momentos y formas incorrectas o porque no sabemos cómo hacerlo de manera eficaz. No se trata aquí de que debamos convertirnos en pedigüeños pasivos o en profesionales de la mendicidad. De lo que se trata es de comprender que logran más quienes piden y saben pedir, y menos quienes no piden o no saben cómo hacer una petición efectiva. ¿Por qué no pedimos? Si necesitamos, pero no pedimos, es por timidez, resignación, desconocimiento u orgullo.

Desconocimiento del poder de pedir, de la ley de los promedios que siempre produce algún beneficio al que intenta; de la premisa que afirma que la mayoría de las personas está condicionada a dar y le gusta dar porque eso los hace sentir importantes. Orgullo, pues se evita afectar la imagen externa y la autoimagen que a veces es demasiado idealizada. Resignación a vivir por debajo de las verdaderas posibilidades. ¿Quién desea ser un bombillo de 100 para alumbrar solo 20? Y timidez o temor al rechazo, porque conferimos demasiada importancia a la aceptación de otros y, sobre todo, como afirma Ellis, lo ansiamos de una manera neurótica, pues deseamos que sea total (que me acepten y me amen todos siempre) y si no sucede sufrimos por ello.

Pedir no es algo malo. De hecho la Biblia nos invita a hacerlo. En Lucas 9 y 10, puede leerse: “Y yo os digo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Para Kopmeyer, un estudioso del tema del éxito personal, pedir es un verdadero arte que demanda dominar ciertos criterios, como: Pedirle a la gente adecuada, pedir adecuadamente (no exija, grite o amenace) pedir oportunamente, pedir insistentemente (pese a indiferencias, evasiones, posposiciones y rechazos), pedir pacientemente. Revisemos estas indicaciones más detenidamente.

Pedirle a la gente adecuada implica que debe usted pedirle a quien pueda darle, a quien tenga la capacidad real para no sentirse frustrado innecesariamente. Siempre está el riesgo de recibir una negativa, pero este se reduce, si elige usted con inteligencia antes de hacer su solicitud. Si le pide a quien no tiene, lo hará sentir mal y perderá el tiempo.

Pedir adecuadamente significa hacerlo de manera asertiva, mirando a la persona a los ojos, y expresar su deseo de manera clara y honesta, sin retar, humillarse, exigir ni amenazar, pues estos métodos producen frecuentes y estrepitosos fracasos.

Pedir oportunamente implica buscar un momento correcto. No pediría usted matrimonio en medio de un accidente automovilístico, ni pediría usted un aumento a la semana de haber sido empleado. Simplemente sería inoportuno. En su libro: Como hacerse rico, donald Trumph cuenta cómo estuvo a punto de despedir a un empleado excelente que eligió solicitar un aumento de sueldo un día que Trumph tuvo numeroso contratiempos y ya en la noche descansaba consternado en su oficina. Le aconsejó de no muy buen talante, aprender a desarrollar el sentido de la oportunidad.

Pedir insistentemente significa no abandonar ante la primera negativa. Pregunte la causa del “no” y rebátala sin alterarse, argumente calmadamente y vuelva a pedir. En una época en la cual vendí la Enciclopedia Británica, una señora me dijo que no le interesaba. Yo le insistí amablemente pero ella insistió en negarse. Me despedí amablemente y para mi sorpresa el día siguiente me llamó para comprar. No se deje vencer por indiferencias, evasiones, posposiciones o rechazos.


Pedir pacientemente no es más que saber esperar. El “no” de hoy  puede convertirse en el «sí» de mañana si sabe usted esperar el tiempo necesario de maduración de los procesos.

Debe usted saber que “no hay comida gratis”. No podrá evadir pagar un precio por aquello que reciba, por lo que deberá usted saberlo, calcularlo y pagarlo. Puede dar a cambio algo que usted tenga y el otro necesite. Póngase a la orden o haga algo mejor, dar antes de ir a pedir. Las relaciones productivas son siempre las que descansan en la justicia y la equidad, nada de llamar sólo cuando necesite. Haga llamadas o visitas de mantenimiento de los vínculos. Si va a pedir un consejo y se lo darán gratuitamente, invite a comer y pague la cuenta. No actúe de manera utilitaria, pues quedará muy mal parado y lo evitarán en el futuro.

Así que valore el poder de pedir y pruebe las claves de este poderoso arte. Siga estos consejos, pida, hágalo adecuadamente, de algo equivalente a cambio y se sorprenderá de los  maravillosos resultados. Gracias por leerme.

IMAGEN CORTESIA DE CHATGPT

www.doctorrenny.com

Gracias por leerme.

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