¿Cómo saber si te están mintiendo?

Dr. Renny Yagosesky
EL IMPULSO Latino
MIAMI-DADE. – Mentir es un comportamiento muy humano y también bastante antiguo. Y aunque la motivación y el cómo se mienta puedan variar, la esencia de esta acción suele ser la misma: presentar como verdadero algo que no lo es.
Desde la perspectiva psicológica, mentir supone la ejecución de un acto intencional para manipular la percepción de otro, sacar ventaja, lograr una meta o promover un daño.
La dificultad que existe y que frustra a muchos, es no lograr detectarlo a tiempo, para evitar la frustración, la decepción, la pérdida de bienes o el quiebre de la confianza que podría no recuperarse jamás.
Sucede que no existe una señal única e infalible que nos diga que estamos frente a una mentira. Apenas tenemos indicadores que, cuando se interpretan acertadamente en conjunto y en su contexto, aumentan la probabilidad de identificar el engaño.
Quienes hemos estudiado el tema, sabemos que detectar mentiras no es una ciencia exacta, pues en la acción de mentir intervienen factores diversos como el contexto, la habilidad comunicacional y el manejo de las emociones y reacciones, todos detalles a observar para poder descubrir la trampa.
Ver el cuerpo
Hace una década aproximadamente, dicté varios cursos sobre reconocimiento de mentiras a una importante institución de abogados, y una de las pistas centrales que trabajamos para un acertado reconocimiento de los mentirosos, es la observación y lectura del lenguaje corporal, ya que las reacciones corporales suelen estar fuera del control de la voluntad consciente, y revelan lo que el falsario no quiere que se vea. Sin embargo, sabemos hoy que cuando se está mintiendo, los signos más comunes con los que tropezamos, son:
- Ojos: Las pupilas se dilatan como reflejo de tensión, esfuerzo cognitivo o concentración inusual.
- Labios: Los labios se contraen como señal de incomodidad, estrés o contención emocional.
- Boca: La boca se seca y se requiere humedecer los labios, como un reflejo fisiológico del nerviosismo.
- Respiración: Hay cambios en el patrón de la respiración y podemos ver a los mentirosos realizando inhalaciones o exhalaciones profundas, o respirando de manera irregular cuando se les formulan ciertas preguntas.
- Tensión: Hay tensión corporal, como: hombros rígidos, manos inquietas o también movimientos repetitivos.
- Gestos: Y se perciben micro expresiones, como gestos involuntarios como toser, o rascarse la nariz.
La conversación
Más allá de lo que se dice, en la detección de mentiras cuenta mucho el “cómo” se dice lo que se dice. Entre los indicadores de fallo más frecuentes están:
- Inconsistencias en la historia: se evidencian contradicciones, detalles omitidos o datos irrelevantes.
- Evasiones: se usan frases ambiguas o se ofrecen respuestas “secas”: “sí” o “no” para evitar tener que profundizar y ofrecer detalles.
- Reforzamiento verbal: se recurre repetidamente a frases remachadoras como: “te lo juro” o “para ser honesto…”, “la verdad verdadera es…”, etc..
- Respuestas tardías: el mentiroso tiende a hacer pausas largas para “ganar tiempo” y poder construir en el momento la mentira en su mente.
- Distanciamiento emocional: se evitan pronombres personales y usar lenguaje impersonal. Ej: En vez de decir: «Yo rompí el vaso sin querer, me distraje”, la persona dice: «El vaso se rompió cuando estaba en la mesa.»
Cuidado con esto
Dicen que uno encuentra e a vida lo que vive buscando. Así, cuando se interpreta cualquier señal como prueba de mentira, en especial si tenemos prejuicios. Un cambio en el tono de voz puede deberse a nervios por hablar en público; evitar el contacto visual puede ser indicador de timidez y no una señal de engaño.
Por eso debemos evitar acumular varios indicadores congruentes y valorar el entorno, la relación con la persona y la presión del momento. Eso significa que se debe observar los detalles en conjunto, como lo verbal y no verbal simultáneamente. Hay que saber cómo actúa la persona normalmente para contrastar sus cambios cuando miente.
Hacerle preguntas abiertas y cerradas para ver cómo evoluciona la respuesta. Analizar el contexto para captar aspectos como roles sociales, nivel de estrés y antecedentes de la conversación. Y agudizar la observación, para afilar la atención al detalle y mejoran la precisión de la percepción y no quedarse atrapado en prejuicios sin evidencia.
Como vemos, el asunto de detectar mentiras no es nada sencillo. Se requiere información, observación y un análisis del contexto. Las señales pueden orientar, pero no son marcas indelebles o sentencias definitivas. Se requieren evidencias coherentes. Aunque si aprendemos, notaremos que “la verdad, como la mentira, deja huellas; encontrarlas depende de la mirada entrenada y del juicio equilibrado.

Imagen cortesía de ChatGPT
Dr. Renny Yagosesky es Psicólogo Clínico, PhD y MSc en Psicología, Conferencista y Escritor